Existen diferentes técnicas que podemos usar para realizar un entrenamiento en actividades instrumentales:
– Role-playing: se hace un representación de una situación donde la persona escenifica la actividad que se le pide.
– Modelado: el terapeuta muestra la conducta para que la persona la observe y la imite.
– Instrucciones: se explican qué es lo que se quiere conseguir y el modo de alcanzarlo.
– Moldeamiento: es una técnica mediante la cual se adquieren conductas ausentes o presentes muy vagamente en el repertorio conductual de la persona. Se van reforzando y aumentado progresivamente las acciones que se aproximan al objetivo y se extinguen las que se alejan.
– Encadenamiento: se forma una conducta que está compuesta de otras más sencillas que ya tiene la persona y se van reforzando sus combinaciones. Cada conducta es un eslabón de la cadena.
– Feedback y refuerzo: el terapeuta ofrece feedback inmediato sobre la ejecución, explicando qué está bien y qué no en la actividad que se entrena.
– Extinción: se trata de no reforzar las conductas no deseadas que realiza la persona.
– Control de estímulos: se activan lo estímulos que faciliten la producción de la conducta deseada y se eliminan los
que la impiden.
– Discusión: útil para hacer hincapié en una conducta y sus consecuencias y ventajas. Se intenta convencer a la persona de los beneficios a la hora de adquirir la conducta.
– Motivación: se trata de motivar durante el entrenamiento mediante refuerzo positivo, análisis de la evolución, refuerzo social y sentimiento de autoeficacia.
– Contrato conductual: se puede hacer un acuerdo escrito con la persona sobre los comportamientos que tiene que realizar. Se especifican las conductas meta y las consecuencias si se cumple y si no se cumple.