Nunca hay libretas suficientes en mi casa. Las llamo «libretas de vida». Quien me conoce de verdad, sabe de su existencia. No me gusta que se pongan velas cerca de mi caja de libretas porque pienso que perderlas sería como borrar un trozo de mí.
En ellas escribo vida: viajes, momentos importantes, cosas pendientes, reflexiones…Si uniera los calendarios que llevo escritos podría hacer una alfombra llena de recuerdos para mi salón.
Si la vida me lo permite, algún día necesitaré abrir esa caja y emocionarme con lo que encuentre. Hay gente que me dice que las cosas que de verdad importan, no se olvidan, pero yo quiero tenerlas todas escritas, por si algún día me cuesta recordarlas. Tengo que confesar que en los dias grises (yo llamo a estos días: «días cero») he necesitado abrirla 🙂.
Si algún día lo necesito, me gustaría que un Terapeuta usara mi caja para hacerme recordar. Quizá en un fututo los Terapeutas Ocupacionales utilicemos sitios como facebook para ayudar a construir historias de vida con alguien que necesite juntar sus piezas.
Siempre he creido que es primordial tener conciencia de nuestra propia vida, nuestras metas, anhelos y fracasos.Y es que todos tenemos una identidad que nos hace únicos y nos ayuda a pisar el mundo. Y es importante que cuando ésta se desdibuje alguien nos ayude a repasarla y nos señale con fluorescente las cosas valiosas, nuestra esencia.
Me gusta escribirme poco a poco en mis libretas de vida, aunque lo que más me fascina, es pasarme horas en una papelería eligiendo mi nueva libreta.
Feliz semana a tod@s.