Algún día intentaré juntar mi historia junto con otras muchas, para gritarle al mundo que los terapeutas estamos aquí. Todos tenemos sueños que nos mueven.
Según el día que tenga, puedo soñar infinito. Esto, algunas veces, se convierte en mariposas generadoras de ilusión en mi estómago, aunque hay otras, en las que me siento como si me asomara a un mirador muy alto sin barandilla, donde tu cuerpo se inclina para mirar, pero tus piernas se aseguran de que no sea demasiado.
Hay días sin sueños y simplemente agradecezco las cosas simples que me rodean. Las cosas que no son «cosas». Porque cuando uno reflexiona profundo siempre acaba dándole importancia a esto.
Otros días se transforman en pesadillas. Todos sabemos que, en ocasiones, la vida para y nos deja en estaciones cuyo destino no hemos elegido. Intentamos luchar contra esta situación pero no se puede escapar.
Si juntaramos en un tarro los dias con sueños infinitos, los días sin sueños y las pesadillas, y lo agitaramos, cada uno tendríamos una mezcla diferente.
Creo que por eso podemos ver por calle a varios tipos de personas.
Estoy segura de que lo sabéis, pero las hay muy, pero que muy aburridas y con poca motivación para hacer lo que sea.
Otras, sin haberlo elegido, están encerradas en estaciones de tren sin saber cómo poder salir.
Y por último están las que parecen que llevan alas porque, sueñan tan alto, que dan ganas de cogerse a ellas como si fueran un globo.
Seamos lo que seamos (porque uno no elige la mayoría de las cosas que le suceden), tenemos que luchar porque de la mezcla de ese tarro resulte la mejor combinación posible.
Os cuento todo esto, porque si nunca lo habéis pensado, los sueños se encuentran en muchas palabras del lenguaje de los terapeutas: los propósitos, las actividades con sentido, los roles, las aficiones…
Todas estas palabras tan familiares para nosotros, esconden los sueños de muchas personas a las que tratamos.
¿Has pensado cuántos sueños se han cumplido gracias a un poquito de tí?
Por todo esto, os deseo un año cargado de muchos sueños personales.
Pero sobre todo, y os lo digo con el corazón, deseo que hagáis cumplir los sueños de muchas personas que van a necesitar de un terapeuta ocupacional para poder volver a volar.
Feliz Navidad a tod@s.
Ocupacreando.