Nos unimos a la divulgación de este trozo del capítulo #amaresparasiempre donde aparece una Terapeuta Ocupacional.
Hay diferentes opiniones sobre la intervención que hace el T.O., pero todos estamos de acuerdo en que oir la palabra «terapeuta ocupacional» tan alta y clara en la televisión suena como cuando le pides a alguien tu canción favorita y la pone en ese momento. Maravilloso. Gracias #amaresparasiempre
Hace algunos años, conocí a un niño que me enseñó cosas muy importantes. Teniamos muchos personajes fantásticos en la sala para poder trabajar juntos:
-La señora sonrisas: un bote de lápices con una sonrisa de goma eva.
-El señor espejo: un espejo enorme.
-El pequeño Tomás: un muñeco que se vestia y desvestía.
-La cucharita: una cuchara para hacer carreras llenando recipientes de arroz.
En esa época recuerdo haber utilizado la palabra: «mano buena» y «mano mala» de forma natural en mis sesiones.
Pero en aquel momento pensé que si le decía al niño que su mano más afectada se llamaba «mala» y que la menos afectada se llamaba «buena»…podría hacerle creer que sería así para siempre.
Os aseguro que él mostraba rechazo por esa mano…Así que me dije: hazlo al revés.
Y eso hice: intercambié los nombres. Y pude ver como aquella «mano buena» (que en realidad era la más afectada) empezó a sentirse de otra forma.
El efecto de las palabras en la mente de las personas es muy poderoso.
Desconozco si aquello que hice estaba bien o mal, pero en ese caso me funcionó.
A partir de ahí empecé a tener más cuidado con lo que decía.
A día de hoy, si tuviera que tratar con otro niño, no creo que hiciera lo mismo. Quizá hablaría más de superpoderes que de una mano buena o mala. Pero como sabéis que soy imperfecta y me gusta mojarme, aquí tenéis una historia real. La historia del niño que intercambió el bueno y el malo de su terapeuta ocupacional.
Aquí os dejo el enlace de COPTOEX con el fragmento del vídeo:
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