Día del abrazo

 
Fue un chico joven de ojos grandes y vidriosos el que un día me dijo que le diera un abrazo en terapia. Nunca antes me había pasado. Así que me levante y, simplemente, me dejé abrazar.
 
Entre las veinte cosas que él me enseñó sobre la vida durante el tiempo que compartimos en terapia, recuerdo este momento como si fuera ayer porque mi cabeza casi estalla pensando dónde estaban los límites dentro de mi trabajo.
 
Pero este chico sólo me estaba dando una lección, porque él sabía como yo lo que era trabajar con personas con problemas.
 
Y después de este incómodo momento aprendí que abrazar sí ocupa lugar en nuestro trabajo.
 
Y me entrené en el arte de abrazar en los momentos oportunos si lo veía necesario.
 
Gracias a esto, he descubierto tantas puertas a las que llamar en lugares perdidos que considero que ha sido una gran lección que quería compartir.
 
Así que abrazar mucho a vuestros amigos, a vuestra pareja, a vuestra familia, a vuestra mascota…
 
Y, si lo creéis oportuno, abrazar también en terapia.
 
Porque, en ocasiones, abrazando se consigue llegar mucho más lejos que con las palabras.
 
Fdo: ocupacreando