Adoro los susurros de los libros buscando dueños en las estanterias de las librerías, el olor a libro nuevo y regalar libros como si fueran tesoros.
Es posible que todo lo que has leído en tu vida te haya dejado un pelín más cerca de lo que quieres ser como persona.
Sin ser consciente, cargaste en tu espalda libros y más libros que te hablaban de cómo era el mundo.
Hasta que, un día, empezaste a elegir qué querías leer.
Y alguien hizo de sus pensamientos los tuyos durante horas o meses.
Y tu mundo interno cambió.
Y aquello te gustó…
Porque leer es nutrir el alma.
Leer es calma y silencio interior para dejar que otra voz se encargue del viaje de forma temporal.
Leer es lo más parecido a volar en el tiempo sin temor a despertarse.
Leer nos emociona, nos asusta y nos cuestiona.
Leer nos ayuda a construir nuestra identidad.
A ser mientras uno no es.
A tomar conciencia del mundo donde estamos.
Hay libros que te transforman de una y otros hacen alianza entre ellos para transformarte poco a poco.
Nunca un objeto tan sencillo aportó tanto.
Y es que, al final, una acaba siendo el resultado de mezclar su yo más profundo con libros, personas, ocupaciones, lugares y momentos.
Una fusión que te hace maravillosamente única en este mundo.