Matrescencia

Hace meses cambié mi adolestreinta por la matrescencia. Y es que dicen que mi cerebro está cambiando y ya nunca será el mismo. Nuncaaaaaa. He montado una despedida para mi antiguo cerebro y le he prometido que lo exprimiré hasta el final, aunque ya se van notando los efectos cuando de repente mi espacio virtual se ha convertido en un universo de «cookies» relacionadas con la maternidad que intentan captar mi atención con cada click.
-Vamos pincha aquí, mira esto y no te olvides de esto.
Lo gracioso es que lo consiguen, así que me he dejado llevar…que suena demasiado bien, y yo no sé la listas que llevo hechas ya…
Que pena que haya tantas cosas que no podamos hacer ahora porque me hubiera comido el mundo como siempre, pero os digo una cosa. Mejor. Porque a mí no me da tiempo a todo, que si yoga, que si andar, que si come sano, que si masajes en zonas que ni conoces, que si ejercicios para tal y cual, que si cursos por zoom, que si tiempo para ti, que si duerme, que si disfruta, que si lee, que si descansa, que si haz cosas que te gusten sola y en pareja…
Pero, ¿esto qué es?…
Y mientras tú a cargo de dos corazones y con el tiempo contando hacia atrás tic-tac. ¡Ah!, y sin poder planificar mucho porque…tu cuerpo no es el que era y te marca el mismo ritmo impredecible que un reloj con la pila medio gastada.
Por supuesto me ha servido de mucho ser Terapeuta Ocupacional para girarme en la cama por la noche unas diez veces, pero oye, de una forma perfecta. Que no se diga.
También confieso que mi nivel de comprensión respecto a la complejidad de la ducha, vestido y secado de pelo en relación a la fatiga ha llegado a un nivel altísimo.
Ahora convalido el gym con ponerme una medias horribles.
Nunca pensé que estuviera más cómoda sentada en una pelota que en una silla.
Ni que tuviera esta pasión oculta por los juguetes de bebés.
También he descubierto que el suelo es algo que no existe y me he comprado una esponja con mango como una señora.
Canto de vez en cuando a pesar de mi nula capacidad y ,mi barriga, que era un territorio prohibido, se ha convertido en el lugar favorito de mis manos.
Todo esto me da risa, como el día que mi panza apareció de golpe o el día que deje de verme los pies.
Por suerte mi intento de desempeño normalizado ha durado bastante…no me puedo quejar. Y os aseguro que a nivel introspectivo y sensorial la matrescencia me está regalando tanto que me cuesta imaginar dejar de estar así. ¿Llegaré a echar de menos esta barriga? Pues ya pienso que sí. Porque a mí todo esto me ha dejado en un estado zen desconocido que sube o baja pero me mantiene en algo parecido a la ¿paz?.
Cuántos cambios en tan poco tiempo, menudos meses. Y que conste que aún sigo riéndome cuando me miro al espejo…
Y se ve que así es como cambia poco a poco la mente. Aunque a mí lo que me cambió desde el minuto cero fue mi corazón que se ha hecho tan grande que se ha tenido que dividir en dos.

Aquí os dejo de nuevo a Terapeuta Imperfecta con la que os digo que estaré algo ausente durante un tiempo.

Gracias a tod@s por confiar en mí para pedirme consejo, por seguirme y hacer de OcupaCreando algo tan real. Gracias por tantos mensajes y palabras bonitas en estos recién cumplidos cuatro años del blog.

Con mis dos corazones, un saludo, como siempre, desde OcupaCreando.

www.ocupacreando.com